Amanecer I
Voy a
desayunar ante la Iglesia que vio cómo tu abuelo nacía.
Curioso destino que me
utiliza de puente entre tu pasado y mi futuro.
Algo habrá que aun no hemos
sabido descubrir, pero
lo cierto es que no me causa ningún tipo de
preocupación,
el tiempo es la mayor fuente de sabiduría
y con cada cuarto de
hora que tocan las campanas del ayuntamiento
mi vida se abre a un devenir cada
vez más bello.
El mar siempre me acompañó en la misteriosa vida,
mi libro de
bitácora es una aventura vital
que todos quisieran protagonizar pero que por
miedo o comodidad
prefirieron dejar sin escribir y arrinconado.
Llevamos varias
lunas navegando en mi crucero acorazado,
sostienes con mano firme y serena el
Norte que hemos trazado.
Hoy, alzo la mirada al infinito
y me doy cuenta de que
en esta singladura has preferido desaparecer.
¿Dóndes estás mi capitán?
Te pido
que tengas cuidado de no naufragar en tu nueva travesía,
quien sabe si cuando
el Sol decida irse a dormir
vuelves a querer subir en mi Nao:
estarás cansado y
solo,
entonces te daré de cenar, contaremos juntos las estrellas
... y dormirás
en mi regazo,
mientras sigo cosiendo los retazos de tu vida en un bello porvenir,
y
cruzamos el océano dejando ósculos surcos y estelas de besos en el Mar.
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