¿Crees que hay un destino supremo al cual no podemos resistir? Invoco a ese destino para que cada pensamiento, cada recuerdo, cada deseo que tengo de ti llegue a tu esencia y vibre en ese instante. El deseo fluye en nuestras voces y en nuestras miradas. Y cuando vibra mi nombre en tus labios y y en mis ojos se enciende tu rostro toda la magia del universo fluye a través de nuestras manos. En mi destino descubro que existe una razón, aún oculta quizá, que hace que ahora solo desee tus caricias.