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Mostrando entradas de julio, 2014

Libremente desnudo

Amado mío,   deseo tanto que pudieras sentir por mi lo que yo siento por ti. Porque es tan complejo, tan sencillo, tan único, tan infinito, tan evidente,   tan efímero, tan firme, tan leve y sutil…   que en el momento en que lo sientas   no querrás seguir viviendo un segundo más   de nuestra fértil y próspera vida   alejado de mi.   ¿Cómo puedes, amado mío,   seguir respirando sin mis suspiros?   ¿Cómo podrás, jardinero mío,   arreglar este jardín  cuyas flores musitan las penas de mi alma? ¿Y tus labios besar otros labios? ¿Cómo podrían tus manos acariciar   un cabello que no sea el que lleva engarzado  tus flores campestres de un dulce paseo de verano? Mi cuerpo tremula tristeza y   mi boca y corazón solo se nutren de lágrimas e incomprensión. Mi cuerpo inmóvil  mira cómo te alejas seco de mi, en la madrugada,   no hay ya amaneceres que iluminen mi mirada. ...y mi suspiro desaparece en la desesperanza.   Amor, dulce Amor…   mi cuerpo no resiste caricias insulsas sin sentimient

Tres beseos

Un Beso alado que llegue a tus labios,   puro y limpio.   Un Beso líquido que refresque tus labios,   fresco y alimonado. Un Beso carnal que excite tus manos,   y haga irresistibles tus impulsos. Buenos días Amor, amor, amor.

Miedo a perderte

El miedo a perderte, cuando nunca quise tenerte. Bengalas y cirios: cualquiera de los dos quedan mudos ante la luz del Sol.   Guardar en mi corazón tu mirada enamorada, tu voz invocando al Amor, Estoy en un espacio diferente a la triangulación de tu terrenal vida…   Pequeñas historias de amor en un solo cuerpo,   que quedaron olvidadas en tres o cuatro versos. cuando al final de tu vida hallas un remanso de brisa fresca, dulzor y alegría, cuando en la mitad de mi vida encuentro el que quizá sea el amor de mi vida. Temor a recordarte como un instante efímero y olvidarte. Amor que con su bálsamo me ayuda a prepararme   ¿para un nuevo camino? En tu mano, la clave,   en tu boca, la llave de mi alma. Ante mi, tú. Me amas, te amo.

Esperanza de Pandora

Lo que yo daría por estar navegando ahora en tu mirada,   por mecerme en tu voz y dormirme arrezagada en tus brazos. Lo que yo daría  porque la realidad fuera otra,   besarte cada noche, entregarme a ti en cuerpo y alma. Dormiremos sin rozarnos con las puntas de los dedos, sin mirarnos ni besarnos,   sin ser un solo cuerpo.   Pero me queda la esperanza, la bendita y Pandoriana esperanza de que sean nuestros sueños quienes   nos liberen del sufrimiento de la separación nocturna, del vacío de besos. Démonos cita,  en el más allá...fuera de nuestros cuerpos. Je t'aime encore… tu sais, je t'aime.

Amor secreto

Creación por ocultación, destrucción por desvelamiento.

Viajar...

Viajar junto a ti a lugares recónditos y escondidos,   perdernos en los tumultos de las grandes ciudades, sin ser reconocidos.   Recorrer nuevos cielos y estrellas del sur,   paladear frutas y dulces exóticos,   y embriagarse con el universo de las especias del Gran Bazar. Perderse en un pequeño hotel de Termal,   visitar el Polo Norte, Canadá y Argentina…. Pasear de tu brazo por la Concha, con sombrilla y vestido de encaje   (esto no es muy discreto que digamos…. pero me apetecía ponerlo) Ir al Caribe, a San Francisco, New York,   Washington, Boston, Chicago, Tokyo, Amsterdam, Roma, Venezia, Florencia… y por supuesto:  Flâner à Paris...

Telares

Y con la primera luz del amanecer,   abandono mis telares de sueños   con los que voy tejiendo las redes que tanto anhelas. Y al llegar la noche,  me retiro a mis telares a tejer los hilos  que escondidos den forma a tus más recónditos deseos.

La niebla engarzada en las copas de los árboles

Subo al coche con la dulce tibieza, aún en los labios, de nuestro último beso. Tu mirada clavada hasta el corazón, en el que resuena el eco del amor invocado anoche cuando pronunciabas mi nombre. La soledad en la circulación me permite deleitarme   con el paisaje amaneciente de los montes que guardan nieblas engarzadas en las copas de los árboles.   El mar lloró anoche gotas de nácar en nuestra ventana,   desolado y vencido porque no pudo participar ni abortar la eclosión de nuestra secreta pasión  a pesar de su fuerza y de sus amenazas atormentadas.   Llego a casa y toco la punta de tus dedos al deshacer la lazada que hace apenas unos instantes me has hecho.  Escalofríos del placer evocado me recorren el cuerpo cuando te escribo estas líneas. Me entrego a Morfeo con la ilusión de que algún día volveré a despertar en tu regazo. Beso