Libremente desnudo

Amado mío, 
deseo tanto que pudieras sentir por mi lo que yo siento por ti.

Porque es tan complejo, tan sencillo,
tan único, tan infinito, tan evidente, 
tan efímero, tan firme, tan leve y sutil… 
que en el momento en que lo sientas 
no querrás seguir viviendo un segundo más 
de nuestra fértil y próspera vida alejado de mi. 

¿Cómo puedes, amado mío, 
seguir respirando sin mis suspiros? 

¿Cómo podrás, jardinero mío, 
arreglar este jardín  cuyas flores musitan las penas de mi alma?
¿Y tus labios besar otros labios?

¿Cómo podrían tus manos acariciar 
un cabello que no sea el que lleva engarzado 
tus flores campestres de un dulce paseo de verano?

Mi cuerpo tremula tristeza y 
mi boca y corazón solo se nutren de lágrimas e incomprensión.
Mi cuerpo inmóvil  mira cómo te alejas seco de mi, en la madrugada, 
no hay ya amaneceres que iluminen mi mirada.

...y mi suspiro desaparece en la desesperanza. 

Amor, dulce Amor… 
mi cuerpo no resiste caricias insulsas sin sentimientos ni esperanzas. 
Resulta odioso entregarse a quien solo busca el placer del roce, 
no sirvo, Amor, para no ser amada. 
Negar que te amo es mentir. 
Ráfagas de tu olor acarician mi hombro y te suspiro.

¿Cómo puedes seguir Amor, tomando el cuerpo de una mujer a la que no amas 
y negando acariciar el de aquella que amas?


Amor mío, sería mi más profundo deseo 
que un golpe fatal del destino 
te arrebatase todo aquello que te ata.
Porque así, 
estando desnudo  podrías libremente venir a mi 
y comprobar que esta que suscribe estas líneas, 
verdaderamente, te ama.



Comentarios

Entradas populares de este blog

Al salir de allí...

Tres beseos

PENÉLOPE… o cómo hacer que Ulysses (J.Joyce) se rinda a nuestros pies.