27 de Setiembre

Dicen que la luna roja descubre la verdad escondida.

El cielo desgarra otra noche
 y como hace cuarenta años la luna quedará ensangrentada en apenas en ocho horas...
Y la sonrisa que desde que nací me acompaña, 
encuentra paz y sosiego ante tu voz, ante tu mirada.
No sabemos qué nos depara la vida, 
no sabemos qué piensan las madres desesperadas.
Solo la sonrisa pacífica puede enjugar lágrimas del alma.

Cada bebé que llega al mundo rompe con su llanto el dolor que da luz a su llegada, 
la primera sonrisa de un bebé al arrullo de su madre 
ilumina el alma del caminante perdido, detiene incluso la guadaña de la parca.
Hace hoy cuarenta años, cuando apenas yo era un bebé recién nacido, 
mi madre me guardaba en su regazo... y a su madre le arrancaban su hijo.  

Y son los deseos de los que nos precedieron los que florecen en nuestros labios cuando tímidamente te rozo con mis dedos.

No te abandonaré, ni al alba ni al anochecer, 
Porque a través de tu eterno último beso en mis labios 


podrás siempre renacer en mi, en forma de sonrisa... al anochecer, y al alba.

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